Navegué días y noches sin ningún rumbo; pase incontables horas frente a la televisión. Desperdicie tiempo valioso buscando algo… Nunca supe que buscaba.
Luego vino el estrés, la mala salud y la insatisfacción, sabía que necesitaba algo pero no encontraba nada.
Entonces descubrí un pequeño secreto, las cosas materiales no me ayudarían a iniciar esa búsqueda, al contrario me estaban drenando energía, robando tiempo y dejándome sin ningún recurso.
Cuando al fin comprendí que debía encontrarme a mí mismo y conocerme, supe que la basura que había acumulado durante años tenía que salir de mi vida, lo cual me llevo más de tres años, hoy tengo únicamente las cosas que necesito para alcanzar mis sueños y metas, lo demás está en la basura, lo done a alguien que le está dando el uso que merece ó ardió en llamas alguna tarde de verano.
¿Que he descubierto en mí? pues cosas malas y también cosas buenas.
Las cosas malas han sido hábitos, conductas y actitudes que no me ayudan; lejos de eso estaban destruyéndome por dentro. He librado grandes batallas en mi interior, y gracias a Dios estoy aquí, con mejores actitudes, mejores hábitos y una conducta de la cual me siento orgulloso.
Entre las cosas buenas descubrí que se me da un poco esto de la escritura; de hecho ya publique mi primer libro y tengo varios proyectos literarios en puerta.
Además he descubierto que puedo lograr más, teniendo menos posesiones, menos compromisos y menos proyectos.
No me arrepiento de haber simplificado mi vida, de hecho es una de las mejores cosas que hecho en el corto tiempo que he vivido.