Cuando somos niños queremos ser adolescentes, cuando somos adolescentes queremos ser adultos con una buena educación superior, cuando tenemos la educación superior queremos un buen trabajo, al tener el buen trabajo queremos una casa en un lugar exclusivo y conducir el mejor vehículo del año, al tener todo eso queremos una jubilación grande y disfrutar de la vida. En algún punto de ese montón de palabras debe haber algún error.
El error es que siempre estamos esperando algo, algo que quizás nunca llegará, no sabemos qué será de nuestro futuro, no lo podemos controlar, lo único que podemos cambiar es nuestro presente, este momento que está ocurriendo en este preciso instante.
Lamentablemente la televisión, las redes sociales y en general todos los medios de comunicación nos venden cosas que no necesitamos para tener una vida feliz, nos venden su modelo de felicidad, envasada en una fábrica, o fabricada en China o en Vietnam en condiciones infrahumanas.
Además las redes sociales en especial transmiten estilos de vida “perfectos” de las estrellas de la farándula editados en Photoshop, vendiendo marcas y productos que poco o nada te servirán para ser verdaderamente feliz.
Lo más triste es que la mayoría va tras eso, tras falsas estrellas, y se olvidan de vivir su propia vida, de ser quienes realmente son, no la farsa que se encuentra en los anuncios.
Sé sincero/a contigo y pregúntate si estas presente en tu día a día, disfrutando del atardecer como lo estoy haciendo yo mirándolo por la ventana, recibiendo sus últimos rayos de luz, preguntándome si mañana lo veré de nuevo. O si estas más pendiente de la vida de alguna estrellita de la farándula la cual no te conoce y quizás nunca lo hará.
Disfruta tu día a día, encuentra las cosas positivas que te rodean, comparte con la gente que de verdad te ama.
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Feliz Día 🙂
Foto: Matheus Bazzo