Por naturaleza me gusta improvisar, si salgo de viaje me gusta dejar un poco de libertad, para conocer algo nuevo, para dejar que las cosas sucedan sin una completa, detallada y estresante planeación, si alguien quiere que lo acompañe con mi guitarra y no me sé la canción, improviso. Y podría seguir… pero no quiero cansarte, mejor te cuento porque la improvisación es un arte y que tiene que ver con la  vida sencilla.

Improvisar se trata de tomar mano de la creatividad (que todos la tenemos, pero pocos la explotan) y no sentir miedo ante la incertidumbre, puede ser si tienes que hacer un trabajo de matemáticas, hablar ante cien personas, o ingeniártelas para conquistar a esa persona que tanto te enloquece.

Lo primero que debes saber es que la vida no está escrita en piedra, hoy estas pasando un mal rato, mañana podría ser el mejor día de este año, pero si no sabes improvisar no estarás listo para esos grandes giros que da la vida.

Me sobra un foco de la instalación eléctrica, veo una botella vacía y elegante, y saz¡¡¡ compro lo que falta y ya tengo una lámpara con estilo y una bonita historia.

Llego a una ciudad y comienzo a caminar y recorrerla sin un itinerario, converso con la gente me cuentan donde sirven los mejores platillos, donde está el verdadero café de altura y que les gusta de la vida, tener todo planeado a veces resulta frustrante cuando no salen los planes, pero improvisar implica estar abierto a lo que venga.

La improvisación es una herramienta útil, no quiere decir que nunca debemos planear, claro que es importante planear, pero no debería ser planeado hasta el último detalle, porque siempre habrá algo que no saldrá según lo establecido, ahí entra la improvisación.

Si aprendes a improvisar en lo que te gusta, créeme que pasaras momentos felices e inesperados.

Esta entrada fue completamente improvisada y surgió de un video de Jazz donde se improvisa más del 80% de su melodía.

Feliz Dia 🙂