Sucede que tengo el privilegio de ser llamado tío por algunas personitas preciosas, dos de ellas me visitaron el fin de semana pasado y cuando teníamos que elegir película ellos escogieron Olé, el viaje de Ferdinand, yo quería ver Spider-Man: De regreso a casa pero ganaron los chiquitines y vimos Olé, lo cierto es que ha sido una de las mejores películas que he visto en mi vida, no solo por la calidad en las animaciones sino más porque me dejo algunas lecciones valiosas.
Primero que todo debo dejar dos cosas claras, uno que recomiendo que primero veas la película de Olé y luego leas esta entrada, ya que en esta entrada hago spoiler y voy a contar detalles que me gustaron mucho.
Segundo no estoy de acuerdo con la corrida de toros, habiendo dicho esto entremos en materia.
Pues algo que me gusto fue la actitud de Ferdinand ante la presión de todos los toros pequeños y grandes que soñaban con ir a la plaza de toros a “triunfar”, lamentablemente el padre de Ferdinand sale en busca del “sueño” y nunca vuelve. Él lo tiene bien claro y no quiere correr con el mismo final.
En vista de la gran pérdida, Ferdinand huye en busca de otra vida, la encuentra con una familia muy preciosa y se olvida por un tiempo de los toreros, lamentablemente unos años después por error termina en una feria y ahí es capturado y termina rumbo a una plaza de toros.
Ya puesto en la plaza logra defenderse de los ataques del torero y lo deja en ridículo, finalmente el público ovaciona a Ferdinand y piden que le perdone la vida, pocas escenas me han conmovido tanto en dibujos animados.
Me gusta la perspectiva desde el punto de vista del animal, nunca me ha parecido justo que una persona armada se enfrente con un animal. Realmente me parece que es un acto de cobardía. Y si alguna vez tengo la desdicha de estar en una plaza de toros espero que no salga a rastra el toro.
Recomiendo la película, es hermosa, emotiva, emocionante y sobre todo se muestra consciente con los animales.
Feliz Día 🙂