La vida es incierta, en ocasiones muy dura y cruel, quizás te robe una lágrima o un mar.
Sonríe, la tormenta pronto pasara, sonríele a ese rayito de sol que te vino a despertar.
Sonríe en vez de llorar y canta en vez de gritar, sonríele a la brisa que vino del mar.
Cierra los ojos, sonríe y olvida el dolor, levanta el telón porque la vida tiene llanto, risas, caídas, vuelos, abrazos, tropiezos, golpes y besos, sueños, corazones rotos e ilusiones.
El primer acto es gateando, el segundo corriendo, el tercero andando, y el ultimo cojeando, pero en todos ellos está la felicidad por vivir.
En este teatro llamado vida se representa tu obra, vívela, observa más allá de lo que está a la vista y no uses disfraz, se tú mismo, sonríe y actúa natural, porque el telón caerá, no sabemos cuándo, pero caerá y la función dará fin.
Y al final de la función todos queremos ponernos de pie, sonreír, aplaudir, llorar y silbar. Porque tu actuación será recordada, tu vida será admirada, tu sencillez aclamada y tu humildad no será olvidada.
Sonríe, aun con ganas de llorar.
Sonríe, aunque tengas poco que decir.
Sonríe, cada vez al despertar.
Sonríe, cuando te encuentres solo frente al mar.